El Puente fue una fiesta - ph: Encontrate Rosario |
Requirió la voluntad de levantarse bien temprano, pero estaba
todo decidido y no fue ningún esfuerzo. Había habido descanso, entrenamiento,
alimentación acorde (unos buenos platos de fideos provistos por mi señora la noche
previa, que estaba preocupada por la distancia)… Yo estaba tranquilo, iba a
disfrutar.
Es una de las carreras más lindas de la ciudad, y más emblemáticas,
porque se corre sobre el mismísimo río Paraná. Era la edición número 10 de la
carrera del Puente Rosario Victoria. La carrera llegaba para mí con gran
expectativa porque nuevamente estrenaba distancia. La corrí por primera vez en
2015, hice mis primeros 11k, en alguna de las siguientes hice 14, el año pasado
estrené los 21K, y este año entrené los 30K.
El día estaba apenas fresco en al amanecer, algunas nubes
débiles, pero se confirmó luego que estaba
lindo para correr sin remera térmica, al menos la distancia de los 30k.
Siempre escuché de otros corredores que es una carrera dura,
aunque precisamente por el hecho de ser sobre el río ayuda a que haya mucho aire,
y el particular escenario que nos toca ver creo que agiliza el recorrido
principalmente sobre el primer tramo en el puente. Quienes largan detrás de mitad
de carrera además suelen correr bastante apelotonados los primeros kilómetros,
pero eso se está resolviendo desde que la carrera no larga sobre el puente,
sino un par de kilómetros abajo y se sube luego, ya menos comprimido el paso.
Se acercaban las 07:30, la hora indicada para la largada, y los
corredores se acercaban, ultimaban detalles apurados por el llamado de los
conductores del evento. Luego del precalentamienteo que encabezó Pablo Caputi
de Grupo Sacchi parecía que todo estaba listo, pero nos enfriamos porque algo
debe haber salido mal que la largada se demoró unos 25 minutos. Salvo por eso,
el resto de la organización fue impecable. Muy buena hidratación, agua, bebidas
isotónicas y fruta no faltaron en todo el recorrido.
Algo más de una decena de kilómetros se desarrollaba sobre
el puente hasta el peaje, ida y vuelta, y luego se extendía el recorrido por la
costanera rosarina de norte a sur, hasta pasando el Barquito de Papel, y luego de
vuelta a los pies del puente.
El primer lugar de la general fue para el campeón argentino
de Media Maratón Julián Molina (01:34:16) y en mujeres, Luisina Viletto llegó en
primer lugar (02:08:48). Hubo premios especiales para 10 corredores que
participaron en las 10 ediciones de la carrera, y también se reconoció a
atletas que representaron a la ciudad en los juegos panamericanos y para
panamericanos de Lima, donde hubo varias medallas para la ciudad.
No hay muro de los 30k, confirmado. Pero sí en esta carrera hay
una subida en el último kilómetro, bien pronunciada desde que empieza el
balneario La Florida, que se pone más empinado cuando este finaliza hasta
llegar a Costa Alta. Recuerdo que ya en la vuelta mucho antes que esta gran
subida, a la altura de la cancha de Rosario Central ya mis piernas se empezaban
a endurecer, pero con cabeza y esfuerzo pude seguir sin problemas. Ayudo
también que enseguida había un puesto de frutas al final de ese tirón. Pero el
subidón final… Ay, ay, ay. Cuando la colina terminó alguien gritó “últimos 500
metros”. Ahí estaba la meta!!! Me abrí paso sin pedir permiso a mi propio cansancio
y tomé velocidad en esos últimos metros. No venía controlando mi tiempo, así que
fue una verdadera sorpresa.
Esta carrera era la meta principal que había trazado para
este año, y me fui conforme con el tiempo alcanzado de 2hs 29’ 33’’. La gran
medalla de esta décima edición eclipsó a la del año pasado, que tenía el tamaño
de una moneda de 2 pesos. La carrera fue una fiesta, y así debe ser.
Vos, que estás leyendo esta nota y que pensás correrla el
año que viene… Tené en cuenta estos consejos, este subjetivo relato, con esas
dificultades comunes con las que nos encontramos, prepárate para ellas. Pero no
dejes de correrla, no se la pierdan. Gran carrera la del Puente Rosario
Victoria.