No sé cómo será en otros lugares, pero en Rosario
fue una fiesta. Se corrió el 23 de junio la Maratón Internacional de la Bandera
y la pude vivir “de prestado”, porque corrí un buen tramo de la carrera para
poder hacer la cobertura y la charla con los corredores. Como en cada carrera
estos 42K fueron muchas carreras, muchas historias. Un relato importante, claro
que sí, es el de la competencia en la que llegaron primeros el chubutense Edgar Ríos (2.25.11) e Ivana Toledo
(3.05.02), y el otro gran tronco es la carrera en la que participaron
más de tres mil personas para alcanzar su meta. La carrera es la misma, pero
otra al mismo tiempo. Las maratones, las carreras de calle, nos igualan.
Aclaro primero que corrí “de prestado” porque esta
no era mí carrera, no estaba inscripto para hacerla sino que estaba cubriendo
para el canal de Youtube y este blog. Corrí unos 15,5 km en la tarea de tomar imágenes
y charlar con los protagonistas.
Las temperaturas de la carrera
El clima era especial. No hacía el frío que
habitualmente prima en esta época, y que suele haber en esta Maratón, pero la
humedad fue el factor que en muchos casos le generó alguna dificultad a los
corredores. Lo hablábamos en la cobertura con el Campeón de Medio Maratón Julián
Molina, quien fue a fondear y a alentar a sus compañeros principalmente del
grupo Atenas.
Mis respetos a la dupla que conformaban el locutor
Marcelo Ángel y el musicalizador, cuyo nombre desconozco, pero que seguramente
bajó del Delorean cuando llegaba el alba en Rosario. La música electrónica,
bien Up, suele tener espacio de privilegio en donde haya un runner, pero en
este caso el rock de los 80 estuvo bien presente. El arranque estuvo coronado por “Jump” de Van Halen, con un baterista a un costado de la pista que le
aportaba más fuerza aun al tema, que se fundió al momento mismo de la largada con “Cara de velocidad” de Serú Girán. Nunca me hubiera imaginado que
eso se podía hacer.
Fuerza y experiencia
La Maratón, los 42 kilómetros, son la carrera más
importante, y las historias detrás de los corredores cobran mayor fuerza. No es
una carrera más, es una meta realmente importante a alcanzar, porque ahí hay
una promesa, algo por demostrar o demostrarse, una afrenta con la vida, en
muchos casos una gran mucha para llegar ahí. Mucha fuerza sobre todo. Antes de empezar
conocí a Teresa, una corredora que el día anterior había cumplido 60 años. Más adelante, allá por el Parque
Independencia, la conocí por fin a Susana Sarco (Campeona Mundial de Media Maratón Master), que me contó que no la
afectaba el clima húmedo, tenía mucha experiencia: 78 años, me dice, y casi
todas las Maratones de la Bandera corridas. Palabras mayores.
Música, fiesta, disfraces
Como casa 42k de Rosario, los Caballeros y Damas del
Tiempo, algo así como la selección nacional de pacers, le marcaban el ritmo a
los corredores. Alrededor de cada uno de ellos iba aun pelotón, más o menos
concentrado. En algunos casos charlando lo más campante. Siempre alegres,
participando de la fiesta. Y qué es una fiesta sin música. Para que no falte, en
las calles de Rosario había bandas, grupos musicales, en el túnel estaba el ya clásico
bandoneonista, también sonaba Cerati más adelante, payasos y clouns alentando y
bromeando con los corredores. Había música en el ritmo de los pasos al chocar
las zapatillas con el asfalto, y hasta en los bocinazos de los impacientes
conductores que ese domingo a la mañana esperaban el paso de la maratón para
poder cruzar a de unas calle a la otra. 10:30 de un domingo, paciencia ¿Qué
tiene que hacer?
Las historias detrás de los corredores y corredoras
El corredor descalzo José María Michia resumió que
para él hubo un record descalcista en esta Maratón, porque tres corredores
descalzos hicieron los 42K (luego nos enteramos que un cuarto hizo una parte
con zapatilla y otra descalzo), y una corredora minimalista hizo 10K. El podio
descalcista fue para el colombiano Edulfo Martínez Ávila, con 3:46:08.
La madre de las distancias dejó cientas de historias
para compartir, muchas de las cuales se pueden compartir en el video de la
carrera. Cruzamos por ahí al cordobés Gabriel Farah, el tercer argentino con más
Maratones, que corría ahí su maratón número 93. Y conocimos a Ricardo un
correntino que soñaba con alcanzar las 50 maratones y poder hacer el algún
momento corriendo el camino entre la ciudad de Buenos Aires y la de Esquina. Siempre
corriendo nos llegan las invitaciones, para participar de la Media Maratón de
Armstrong homenaje a Delfo Cabrera, y la de Rafaela.
Estas son solo algunas pinceladas de la Maratón Internacional
de la Bandera, la carrera más importante de la ciudad, que agrupa nervios, expectativas,
ilusiones. La organiza la Asociación Rosarina de Atletismo (ARDA) hace 18 años,
y se va a seguir corriendo siempre en el mes de junio, así que si este año no
se pudo, o no era el tiempo… Puede ser el 2020, y tenemos un año para irnos
preparando.
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