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jueves, 16 de junio de 2016

Corta correcaminata en la Cordillera, a 1900 mts sobre el nivel del mar

Uno de los eventos más importantes de mi vida personal me había llevado a la ciudad de Uspallata, en Mendoza. Hacía pocas horas que estaba en ese lugar y el clima de la siesta de abril invitaba a correr un poco. Y la zona invitaba a rutear.
La siesta mendocina de abril invitaba a correr y rutear

La verdad es que sin mucho entrenamiento, con algo de viento, y con la altura en contra (no para apunarse, pero estaba a casi 2000 metros sobre el nivel del mar), hice poco más de un kilómetro y seguí el camino bajando la velocidad, trotando de a momentos, pero caminando buena parte. El escenario era la Cordillera de los Andes. Iba en sentido a Chile por la Ruta Nacional 7, el camino por el que se accede al Aconcagua, y aunque no tenga un anclaje local la música de fondo del momento era Pink Floyd (algo de The Division Bell).



Momento vs foto
KM 1153 de la Ruta Nacional 7, tiempo de pegar la vuelta
Alguna fuerza inexplicable hace que en algunos momentos un hombre deje de disfrutar de lo que está viviendo y sintiendo para intentar inmortalizarlo. Es ahí cuando deja de vivirlo para tomar una foto, foto que luego no puede dar una idea al espectador de turno ni por un segundo de lo que es estar en esos lugares llenos de tanta energía. Sin embargo, uno hace lo posible, y para el que estuvo ahí la foto evoca. No están ahí los colores, la emoción, el calor, aunque sí algunos trazos de ese momento y eso nos acerca el recuerdo, lo hace presente. Es por eso que se aburren los otros cuando ven las fotos de las vacaciones de uno.
El mojón del km 1153 de la ruta 7 fue la marca elegida para pegar la vuelta. Al fin, la correcaminarta fue de entre 5 y 6 kilómetros con la sola compañía de algún camión que pasaba cada tanto. Al frente, la precordillera hacia las veces de horizonte y sus trazos de colores marcaban los límites del escenario, ahí en plena inmensidad.


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