Como quien pondera cada día como el ideal para comer un
asado, el domingo 29 de mayo algunos locos pensamos "que lindo día para
correr una maratón". Rosario amanecía con un clima londinense para recibir
la Maratón Patria del Banco Nación. El 100 por ciento de humedad se manifestaba
indiscutible en la ciudad tomando la forma de una intensa garúa. Pero ahí
estábamos, poniendo el pecho y las piernas por sobre todo para vivir una
jornada de sano esparcimiento.
Vista desde el norte, ya pasando los 5km de la recorrida |
No vamos a negar que costó arrancar en la mañana para estar
antes de las 9 a los pies del Monumento Nacional a la Bandera, pero qué lindo
ese fresquito que envolvía a las cientas de persona que en remerita y
pantalones cortos precalentábamos para correr entre 50 y 100 cuadras.
Bueno, ya estaba ahí. Envalentonado por el propio frío, las
voces de los animadores sobre el escenario y mi familia que se animó a
acompañarme, empecé a transitar el camino de la maratón con la expectativa de
alrededor de una hora después llegar al mismo lugar.
Promediando la carrera, pasando el parque Sunchales, apenas
se veían los primeros pisos de las torres en esa zona, pero nosotros inmutables
con la vista sobre la cinta asfáltica, porque todavía faltaba más de la mitad
del camino. ¡¡Pero qué linda estaba la mañana para correr!!
Desde lo estrictamente informativo, se destaca que los
ganadores de los 10 km fueron en la categoría de caballeros Julius Rono, Miguel
Guerra y Cristian Meneguzzi, en la general de damas Carolina Lozano, Andrea
Lazzarini y Dana Lesa; y en los 4km llegaron en primer lugar Gonzalo Malano y
Anabella Cesarini. (Resultados)
Hay que reconocer que seguramente por el particular clima de
esa mañana de mayo se contaban menos personas de las que habitualmente
participan en estos eventos. Algunos habitués recordarán otras carreras en
condiciones más difíciles, por ejemplo en la maratón de la Fundación Messi el
año pasado el clima no fue muy distinto pero siempre hay una buena cantidad de
personas dispuestas a pasarla bien en un día ideal para correr.
Quien escribe es apenas alguien que disfruta de esa
experiencia, de participar del recorrido con la firme voluntad de llegar y
recibir ese baldazo de satisfacción al alcanzar la meta. Desde ya que hubiese
sido mejor si hubiera estado más despejado y si algún rayito de sol hubiera
asomado apenas entre las nubes sobre la costa rosarina. No pasó, pero aun
así... ¡¡Que lindo día para correr una maratón!!
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