Si algo se puede destacar es que es una persona muy segura,
que transmite seguridad y que en ningún momento se pone en un lugar de
debilidad. Hace de la dificultad que le toca vivir un punto para ser más fuerte
y resume: “La ceguera tiene cosas muy negativas. No ver es feo. Pero tiene algunas
cosas positivas. Yo por ejemplo he incorporado una confianza hacia la vida y
hacia el otro muy grande”. “Yo a vos te acabo de conocer, pero yo a vos te
tengo mucha confianza. Yo voy corriendo y sé que no me vas a hacer chocar”, afirma,
y asegura que es “una cosa positiva que me hace bien para la vida”.
“Cuando quedé ciego fui a la escuela braile de calle España.
Una de las actividades era un gimnasio. Como era un poco aburrido, le dije a la
profesora ‘che, por qué nos vamos a la calle’. Y salimos un grupo de 6, 7 al
Parque Urquiza a correr. El primer día corrí 100 metros, y así empecé. Yo nunca
había corrido”, relató.
Norberto nació en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, donde
jugó al futbol de joven. Marca tres etapas para contarnos la progresión de su
ceguera. Explica que a los 36 años tuvo que dejar de manejar porque “se angostaba
la visión”, a los 43 dejó de salir de noche por no poder ver en la oscuridad. Y
finalmente a los 48 dejó de poder leer. Ahí quedó ciego. Frente a lo que podría
ser una dificultad importante para una persona joven, Norberto supo dar vuelta
la situación y hacerse fuerte a pesar de la realidad que se imponía.
Los 15k de Puerto Norte
El motivo de la entrevista era la convocatoria a la carrera
de los 15k de Puerto Norte que organiza ARDeC para recaudar fondos para su actividad
deportiva anual. Además de la competencia convencional, se realizará en la misma
jornada el Campeonato Argentino y Encuentro Iberoamericano de Carreras de Calle
para Ciegos y Disminuidos Visuales.
Se corre el 14 de abril, las distancias son 15k, 5k y una correcaminata
familiar de 2k. Se espera la participación de alrededor de 100 corredores
ciegos con sus respectivos guías, pero seguramente habrá unas 2500 personas más
entre la competencia convencional y la correcaminata, esta última sin cargo.
Es la cuarta edición de los 15k de Puerto Norte, y el
titular de ARDeC indicó que “lo que obtenemos de esa carrera sirve para
financiar toda nuestra actividad deportiva del año. Así que de paso que corren
y disfrutan, nos ayudan”. “Hicimos al revés de lo que se hace siempre. Vos
agarrás la carrera de UNICEF o la Carrera de la Bandera, y nosotros podemos participar,
obviamente. Pero ahí nosotros somos los invitados. Acá es al revés, nosotros
invitamos a los convencionales”, dice con alegría.
Las actividades de ARDeC
Además de las carreras, ARDeC participa en fútbol para
personas ciegas y empuja la difusión del ciclismo a través del Paseo a ciegas
que se promociona en la Calle recreativa de Rosario. Este circuito en el que los
domingos por la mañana se cierran al tránsito varios kilómetros de calles para
caminar, correr, andar en bicicleta es aprovechado por la Asociación para
difundir las bicicletas tándem, dobles, ni más ni menos que prestándolas sin
cargo. Se presta la bici y se le entrega a los circunstanciales ciclistas una
máscara, como una cinta, para que quienes quieran se venden los ojos y puedan
vivir la experiencia del paseo a ciegas.
Primeros pasos como guía de corredor ciego
Corrimos entre el Parque España y el Parque Nacional a la Bandera,
de Rosario. Di ahí mis primeros pasos como guía de un corredor ciego. Norberto
llevaba consigo una cinta que sosteníamos cada uno
de un extremo con
la muñeca, y arrancamos a correr uno al lado del otro. “Los guías van
aprendiendo a la par nuestro. Hoy yo te puedo explicar porque ya pasé por
muchos guías”, asegura. “Nosotros los ciegos tenemos una gran responsabilidad
en esto del trato con el guía. Nosotros le tenemos que dar mucha seguridad. Vos
quizás vas un poco tensionado porque es la primera vez, pero el guía va con una
tranquilidad total. Y así es como debe ser”, agrega. Algo me dice que tuve a
uno de los mejores maestros porque si algo transmitía era tranquilidad.
El deporte y el hombre
“Para cualquier persona el deporte es bueno pero en el caso
nuestro es extraordinariamente bueno. Personas ciegas que estaban todo el día
en la casa, que no salían, que no se valoraban. Con el deporte les cambia la
vida. Aumenta el autoestima”, nos cuenta Norberto mientras corremos ya frente
al Monumento a la Bandera. “Obviamente necesitamos de guía. Hay una frase que
yo siempre repito, nosotros sin los guía no servimos ni para espiar”, bromea.
Catalano participó en algún momento de la comisión de la
Asociación Rosarina de Atletismo (ARDA) para aprender (él dice “egoístamente”)
y para trasladar las necesidades de los corredores no videntes.
“Cada vez es más organizada la participación de la gente con
discapacidad, no solamente ciegos. En el caso de la Maratón de la Bandera hay
premios en efectivo también. Y en el caso de los premios en efectivos, y esto
fue una sugerencia nuestra, no es que acá el tipo corre 21 km en 5 horas y le
damos un premio. No. Pusimos un límite. Al principio empezamos con 1 hora 50 y
ahora ya lo bajamos. Un tipo que entrena tiene que hacerlo en 1 hora 35 minutos. Entonces
el premio tiene que estar en la medida que se esfuerce, no por ser ciego, sino
porque entrena”, resalta.
Norberto habla con claridad, tranquilidad. Lo hace mientras corre y transmite más seguridad en su mensaje aun. Sobre sus espaldas lleva el esfuerzo propio y el del colectivo que encabeza resaltando el trabajo cotidiano que se hace, nunca desde la debilidad.
Un gusto correr con vos, Norberto. Nos encontramos en los 15k de Puerto Norte.
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